El presidente Trump ha autorizado a la Guardia Nacional de Texas a realizar arrestos por inmigración, marcando un cambio significativo en las políticas fronterizas tras la administración Biden. Un nuevo acuerdo entre Texas y la CBP refuerza la seguridad en la frontera y permite a los soldados patrullar junto a agentes de inmigración. Esta medida busca combatir el aumento de la inmigración ilegal y refleja el compromiso de Trump con el cumplimiento de las leyes migratorias.
El presidente Donald Trump ha tomado una medida decisiva para reforzar la seguridad fronteriza en Estados Unidos al autorizar a los soldados de la Guardia Nacional de Texas a realizar arrestos por inmigración. Esta acción subraya el compromiso de la nueva administración por revertir las políticas perjudiciales de la era Biden.
El nuevo memorando de entendimiento (MOU) entre el Estado de Texas y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) se hizo efectivo de inmediato, según anunció el gobernador texano Greg Abbott. Este acuerdo no solo mejora las capacidades de las fuerzas del orden en el terreno, sino que también representa un cambio significativo en el enfoque del gobierno federal hacia la inmigración.
El MOU, firmado por el comisionado interino de CBP, Pete Flores, y el gobernador Abbott, permite a los soldados de la Guardia Nacional de Texas llevar a cabo patrullas y ejercer todas las funciones de un agente de inmigración, siempre que estén acompañados por un oficial de inmigración estadounidense o un agente de la Patrulla Fronteriza. Esta iniciativa forma parte de una estrategia más amplia para asegurar la frontera entre Texas y México y combatir el aumento en la inmigración ilegal y actividades criminales transnacionales que han afectado a la región durante la administración Biden.
«Texas tiene un socio en la Casa Blanca con quien podemos trabajar para asegurar la frontera», afirmó Abbott. «Para apoyar esa misión, hoy desplegué la Fuerza Táctica Fronteriza de Texas, compuesta por cientos de tropas, para trabajar codo a codo con los agentes de la Patrulla Fronteriza y detener a los inmigrantes ilegales que intentan entrar en nuestro país».
Las acciones del presidente Trump para frenar la inmigración ilegal no se limitan a este acuerdo con Texas. En su primer día en el cargo, declaró una emergencia nacional en la frontera sur, envió tropas activas para reforzar la seguridad fronteriza y firmó una serie de órdenes ejecutivas destinadas a reformar las leyes y políticas migratorias estadounidenses. Estas acciones incluyen designar a los carteles como organizaciones terroristas extranjeras y acelerar las deportaciones de individuos con antecedentes criminales o vínculos con pandillas y organizaciones terroristas.
«Dentro de unas horas después de asumir el cargo, declaré una emergencia nacional en nuestra frontera sur. Envié tropas activas a la frontera para ayudar a repeler la invasión», dijo Trump. «Inmediatamente detuvimos toda entrada ilegal y comenzamos a enviar a cada infractor fronterizo nuevamente a los lugares de donde vinieron».
La efectividad inmediata de estas medidas es notable. En su primera semana, se deportaron más de 7,300 inmigrantes ilegales, lo que contrasta marcadamente con la renuencia del gobierno Biden para hacer cumplir eficazmente las leyes migratorias.
La decisión del gobierno Trump de empoderar a la Guardia Nacional de Texas para realizar arrestos por inmigración es un paso crucial hacia adelante. No solo aborda las preocupaciones inmediatas sobre la seguridad en la frontera, sino que también envía un mensaje claro: el gobierno federal está nuevamente comprometido con hacer cumplir la ley y proteger a las comunidades estadounidenses.