Un estudio internacional, con la participación de la Universidad de Barcelona, revela una conexión entre la endometriosis y experiencias traumáticas, como maltratos físicos y agresiones sexuales. Los hallazgos sugieren que estos traumas están relacionados con un mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad inflamatoria crónica, independientemente de factores genéticos. Publicados en JAMA Psychiatry, estos resultados podrían mejorar la detección temprana de la endometriosis, que afecta a 190 millones de mujeres en todo el mundo.
Nuevas evidencias sobre la endometriosis y el trauma
Un reciente estudio internacional, en el que participa la Universidad de Barcelona, ha revelado nuevas conexiones entre las experiencias traumáticas y estresantes con la endometriosis, una enfermedad inflamatoria sistémica crónica. Esta dolencia se caracteriza por la presencia de tejido similar al endometrio fuera del útero. Las investigaciones apuntan a que el trauma por contacto, como el maltrato físico o las agresiones sexuales, está particularmente relacionado con esta condición.
Los hallazgos, publicados en la revista JAMA Psychiatry, indican que esta relación no depende de la predisposición genética hacia la endometriosis. Según los datos analizados, alrededor de 190 millones de mujeres en edad reproductiva en todo el mundo podrían beneficiarse de esta nueva información para mejorar su diagnóstico.
Dora Koller, primera autora del estudio e investigadora del Departamento de Genética, Microbiología y Estadística de la Universidad de Barcelona, enfatiza que “aunque los traumas psicológicos han sido asociados con la endometriosis, existía poca información sobre cómo diferentes tipos de trauma afectan a esta enfermedad”. Este enfoque desafía las nociones previas al identificar mecanismos genéticos compartidos entre la endometriosis y trastornos como el estrés postraumático.
El equipo también incluye a Marina Mitjans y otros investigadores de instituciones prestigiosas como la Universidad de Bergen y el Instituto Karolinska. El análisis se basó en datos de más de 240,000 mujeres del Biobanco del Reino Unido, donde se observó que quienes padecen endometriosis tienen mayor probabilidad de haber experimentado eventos traumáticos significativos.
Los resultados obtenidos sugieren que las personas con endometriosis son un 17% más propensas a haber presenciado muertes súbitas y un 36% más propensas a recibir diagnósticos amenazantes para su vida. Además, se identificaron vínculos genéticos entre la enfermedad y situaciones asociadas al trauma infantil y adulto.
Koller subraya que “el trauma infantil puede influir en el riesgo y progresión de la endometriosis”. La investigación destaca cómo las experiencias adversas durante la infancia pueden afectar negativamente tanto la salud mental como física, lo cual es crucial para entender mejor esta enfermedad.
Mecanismos independientes de predisposición genética
Los hallazgos sugieren que los traumas no están directamente relacionados con factores genéticos, sino que podrían estar correlacionados. Esto implica que individuos con cierta predisposición genética podrían ser más susceptibles a recordar o experimentar traumas específicos.
Koller concluye que “es vital considerar tanto factores genéticos como antecedentes traumáticos para diseñar estrategias efectivas en la detección temprana de la endometriosis”. Estos resultados abren nuevas vías para abordar integralmente esta enfermedad tan prevalente entre las mujeres.
| Cifra | Descripción |
|---|---|
| 8,276 | Número de mujeres con endometriosis en el estudio |
| 240,117 | Número de controles (mujeres sanas) en el estudio |
| 17% | Probabilidad mayor de haber presenciado una muerte súbita |
| 16% | Probabilidad mayor de haber sufrido una agresión sexual en la edad adulta |
| 36% | Probabilidad mayor de haber recibido un diagnóstico que amenazara su vida |